miércoles, 23 de enero de 2013

Brasil. El problema de la corrupción. Exposiciones en clase. 





Una de los temas expuestos el día 22 de Enero me llamó en especial la atención, hablaba sobre Brasil, el país del futuro. Sobre este país y en especial sobre la corrupción, que es uno de los elementos más dañinos que siguen atrasando a esta sociedad tan potente, voy a hablar en este ensayo.

Brasil es un gran país de enorme biodiversidad; posee una gran riqueza de materias primas, un clima muy propicio para las actividades agrícolas y ganaderas, una fuerte potencia demográfica y como regla general le correspondería una potente economía.

Vemos en Brasil que ha existido una importante recuperación económica con el cambio de gobierno del presidente Fernando Cardoso al expresidente “Lula”.

La economía brasileña y los niveles asombrosos de pobreza no eran el reflejo de la potencialidad real del país y del valor de sus materias primas por lo que algún fallo importante debía existir en su mercado ya sea por una mala distribución de los recursos, por una población desocupada y analfabeta en altas proporciones o por un gobierno que desde su más alto apéndice podía ser condenado por corrupción.

Efectivamente el grado de corrupción existente era capaz de condicionar el normal funcionamiento del sistema.

Existía toda una red de corrupción en la que estaban incluidos: policías, políticos, cargos públicos de todos los sectores...

Con la explicación de esta causa (y por muchas más) podemos comprender cómo un país que aparenta unas condiciones óptimas para una próspero futuro se queda estancado en una economía que solo acaba haciendo más profundas las diferencias sociales y que beneficia a los que tienen el poder por asignación (políticos y policías) y aquellos que poseen el capital.

El presidente Lula intentó dar un paso adelante en este asunto plantando cara a la corrupción , dentro de sus posibilidades, y procurando una mejor distribucion de las riquezas y materias primas, un aumento de los puestos de trabajo e implantando la idea del estado en Brasil como un organismo para el pueblo y no para beneficiarse del pueblo.

Para llegar a un estado libre de toda corrupción hacen falta políticos honrados, jueces independientes que propongan leyes firmes contra la corrupción, policías que no luchen por su propio beneficio sino que realicen su labor procurando el bienestar a los ciudadanos.

Existen en Brasil tres motivaciones fundamentales por las que existe la corrupción que son: el enriquecimiento personal, el crimen organizado y el financiamiento ilegal de los partidos políticos en sus campañas electorales.

Lamentablemente en Brasil todos estos organismos han estado impregnados de corrupción prestando especial interés en el ministerio del interior, en concreto, la policía. Aunque como he dicho, los tres poderes (judicial, ejecutivo y legislativo) se han visto salpicados por los escándalos más graves por la financiación ilegal de las campañas electorales y el juego con el dinero no declarado en la mayor parte de las veces.

la diferencia en el tema del crimen organizado con otros países latinoamericanos como Colombia o Méjico es que en Brasil no existen los cárteles monopolizadores, aunque la distribucion es dominada, en las grandes ciudades, por comandos que controlan las favelas o los barrios marginales. Al ser organizaciones mas efímeras que otras bandas del crimen organizado (la mafia, camorra, cartel “Z” de Méjico...) no están tan integradas en la vida política para corromper a jueces y políticos pero su fuerza principal corruptora era la policía con quien hacia todo tipo de negocios por supuesto, clandestinamente. Les proporcionaban armas más sofisticadas que las suyas, las drogas que luego intentaban incautar, y les dejaban el control de las favelas...vaya sinsentido pero la moralidad y la razón no son sus cualidades principales. La policía sería un cuerpo en su mayoría corrupto al servicio de los narcotraficantes que asesinaba a civiles, robaba a la gente humilde sin poder ni casi recursos, a los comerciantes... y atemorizaba a la población, fomentaba la delincuencia y de esta manera hacía inútil una herramienta del estado fundamental de control.

El gobierno de transición de Lula da Silva impulso una importante campaña contra la corrupción del estado en todos sus poderes.

En las elecciones de 1988 el Ministerio Público gano autonomía administrativa y financiera al fortalecerse y transformarse para ello se creó en Consejo de Actividades Financieras (COAF) ligado a la secretaría de Hacienda e integrado al programa de combate al lavado de dinero, del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).

En el congreso, la cámara de diputados aprobó la enmienda constitucional que acaba con la inmunidad parlamentaria para crímenes comunes y sólo se mantienen para delitos de opinión. Vale la pena recordar que hasta la última elección, en el año 2000, muchas personas querían ser candidatas para alcanzar la inmunidad y escapar de procesos judiciales. Los políticos sin embargo, rechazaron una de las enmiendas del nuevo Código de Ética de la Cámara: la que permitía el libre acceso a las declaraciones patrimoniales de los diputados. hoy están obligados a presentarlas, pero se mantienen en secreto. El Senado, que nunca había cesado a un parlamentario en toda su historia, suspendió a cuatro en menos de un año.

Otra medida importante fue la de la creación del sistema de Protección de Testigos. en los procesos de corrupción, la prueba testifical es decisiva porque ningún corrupto deja documentos.

Pero todas estas medidas y muchas otras que omito, no han sido suficientes para detener los asuntos criminales. Son varias las razones y voy a enumerar algunas; lentitud y corporativismo en la Justicia y en el legislativo, la inoperancia de los tribunales de Cuentas responsables de la fiscalización de las administraciones públicas: ineptitud, bajos salarios y atraso tecnológico de las diferentes policías y además, de las deformaciones del proceso electoral.

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